Pets y Mas. Num.98. Costa Rica
M.Sc. David Peiró
Etólogo Clínico Veterinario
Adiestrador Canino
Director FOGAUS. Centro de Adiestramiento y Psicología Canina. Costa Rica
www.fogaus.com
info@fogaus.com
Consecuencias de los Problemas de Comportamiento Canino
La mayoría de los problemas de comportamiento que presentan los perros para sus propietarios son conductas absolutamente normales. Ladrar, hacer agujeros en el jardín, morder a algún desconocido que se acerca a su territorio, salir a explorar, destrozar objetos, etc. representan conductas que son propias de la naturaleza canina. Pero nuestra mentalidad humana, nuestra tendencia a caer en interpretaciones antropomórficas no comparte esos comportamientos en la convivencia, y es por ello que ante la imposibilidad por parte de algunos propietarios de entender el por qué o la solución de esas conductas, recurren al uso de la violencia con ellos, o los atan eternamente a una cuerda de medio metro, o llegan al abandono e incluso al sacrificio del animal. Estas actitudes deben acabar de una vez por todas y deberíamos denunciar a aquellas personas que lo hagan.
Los problemas más frecuentes que llevan a ello suelen ser la agresividad contra las personas o contra otros perros, actitudes de dominancia, territorialidad, ladrido incesante, ansiedad por separación (ladridos, destrozos en la casa, micciones y defecaciones, etc.), eliminación inadecuada, fobias, hiperactividad y comportamientos estereotipados.
Y es que muchos de los propietarios no saben que la mayoría de esos problemas de conducta de sus mascotas han sido creados y/o reforzados por ellos mismos inconscientemente debido al desconocimiento de los mecanismos metales caninos y, como consecuencia de ello, al erróneo trato y educación que se les ha dado, como así reflejan las estadísticas en consultas clínicas de comportamiento atendidas por especialistas en patologías de conducta animal (etólogos clínicos). Debemos entender que para poder ¬¬llevar una buena convivencia con nuestras mascotas y evitar esos problemas hemos de bajar nuestro nivel psicológico humano al nivel canino para así poder entenderlos y, desde ahí, modelar su conducta en la búsqueda de una sana convivencia. No podemos esperar que sean ellos los que lleguen a nuestro nivel ni que sepan de antemano qué está bien o qué está mal, ya que obviamente no poseen esa capacidad. En palabras del científico C.Lloyd Morgan, la conducta de un animal debe explicarse de la forma más sencilla posible y sin asumir emociones o capacidades mentales propias de las personas.
Reforzar conductas deseadas o extinguir las indeseadas.
Los mecanismos de comportamiento caninos funcionan básicamente como los humanos: si nuestra conducta tiene una consecuencia positiva, seguiremos realizando esa conducta o incluso la aumentaremos de intensidad ya que obtendremos beneficios de ella, al contrario de lo que ocurre si nuestra conducta resulta en una consecuencia negativa, dejaremos de realizarla. En el caso de los cánidos ocurre lo mismo.
Sirva como ejemplo que los perros, siendo animales eminentemente sociales, realizarán cualquier conducta para llamar nuestra atención, aunque ello les cueste que les griten o les peguen. Cualquier estrategia es válida para conseguir esa atención por parte del resto de la “manada” pues ser ignorados les supone un castigo aún mayor que cualquier otro, y nuestra tendencia será la de corregir esa conducta brindándole atención ya sea en forma de castigo o consuelo. Esto supondrá un error en su educación pues el perro de esa manera conseguirá su objetivo reforzándole que siga haciéndolo.
Por ello, ante comportamientos indeseados debemos hacer entender al perro qué comportamientos nos son aceptables y cuáles no actuando de dos formas: ignorando la conducta indeseada pero reforzando la deseada mediante atención con caricias o premios, o corrigiendo en el momento justo que el animal este realizando esa conducta mediante corrección verbal, y, al igual que la forma anterior, reforzando la que nos interese, es decir, haciendo entender a nuestra mascota qué es lo correcto y qué no.
La mayoría de los problemas de comportamiento de nuestras mascotas tienen solución, o, al menos, se pueden paliar y poder llegar a tener una convivencia aceptable. La comprensión básica de la conducta canina se hace muy importante para entender a nuestras mascotas y educarlas correctamente. Si su perro presenta algún problema de conducta, antes de tomar una decisión drástica que vaya a influir en el bienestar del animal, por favor, consulte a un especialista en comportamiento animal.
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