jueves, 23 de octubre de 2008

Trastorno de Disfuncion Cognitiva

Sección de Comportamiento Animal
Pets y Más. Costa Rica 2007Año 7. Volumen 1Número 83

MSc. David Peiró Puente

Etólogo Clínico Veterinario y Adiestrador Canino
Director Técnico Fogaus Educación Animal
Correo electrónico: etologiapeiro@yahoo.es
Teléfono: (506) 339 27 80

Trastorno de disfunción cognitiva en un mestizo


“Bani”, macho mestizo de husky siberiano de 11 años,39 kilos de peso y esterilizado. Fue recogido en un refugio de animales. Convive con Federico, un hombre de 74 años de edad. Convive también con un gato siamés de 4 años de edad.

Historia:

“Boni” fue adoptado a la edad de 7 años aproximadamente en un centro de acogida. El propietario, Federico, vive con sus hijos en un departamento de una ciudad y no ha realizado ningún cambio de domicilio desde que le adoptó. El animal se adaptó perfectamente a la convivencia con él y con el gato y Federico comenta que no ha tenido ningún problema destacable con el perro hasta hace unos 6 meses en que ha notado un cambio de actitud progresivo. Las comidas, compuestas de pienso de gama alta, se la daba dos veces al día, mañana y noche, y no informa de ninguna anormalidad hasta hace un tiempo en que el animal perdió un poco de interés por la comida, no dirigiéndose a ella con la misma voracidad con la que lo hacía meses atrás. Por otro lado, nos informa que le nota menos activo en general y tampoco muestra la mismas ganas de salir a la calle. Anteriormente, el perro se ponía muy inquieto nada más su dueño agarrase la correa. En la calle ahora no suele interactuar con los demás perros a diferencia de cómo lo hacía antes, al igual que tampoco lo hace con él salvo cuando se queda solo en que trata de buscarle. Las órdenes de sentado y tumbado que antes se le habían enseñado ya no las responde salvo contadas ocasiones. Comenta también que a diferencia de lo que ocurría anteriormente en que el perro siempre eliminaba fuera, se ha encontrado varias veces micciones y defecaciones en la casa después de regresar él de la calle. También le ha notado una ansiedad que va en aumento. Comentan que el perro intenta seguirle por la casa, y cuando cierra la puerta de cualquier habitación éste se queda esperando fuera gimiendo y rascando la puerta. El perro suele dormir en el salón, aunque Federico le ha cambiado su lugar de descanso situándolo al lado de su cama. Varias noches le ha escuchado gimiendo mientras deambulaba por la casa. Ha notado que el perro no duerme durante toda la noche, sino que a menudo se levanta.En una ocasión, y por consejo de un amigo, dejó filmando una cámara cuando él se ausentó de la casa. Al reproducir el vídeo observó cómo “Boni” comenzó a rascar la puerta de salida, gimiendo durante un rato. A continuación orinó en el pasillo y se fue a su colchoneta donde se tumbo, aunque lejos de calmarse siguió gimiendo durante 20 minutos más. Frecuentemente realizaba idas y venidas de la colchoneta a la puerta de salida. En definitiva, nota al perro muy cambiado, ansioso, disperso, como confuso, desorientado y menos activo. Supone que el perro es ya mayor y por ello actúa así, aunque prefiere confirmarlo con un especialista e intentar paliar esta degeneración de su perro.

Examen médico y Pruebas de laboratorio:

Examen clínico normal. Examen neurológico normal. Analítica sanguínea normal, perfil sérico, urianálisis y electrocardiograma para hacer una evaluación antes de medicar y a intervalos de 6 meses durante toda la terapia. Pruebas de laboratorio con resultados dentro de los parámetros normales.

Diagnóstico diferencial:

Dada la edad del animal, es importante tener en cuenta los signos clínicos que muestra el animal que pueden crear confusión a la hora de elaborar un diagnóstico correcto por lo que no ha de existir ningún otro proceso patológico que pueda explicar el cambio de comportamiento del animal (Manteca, 2003), como trastornos tiroideos, hidrocefalia, meningitis, etc. El síndrome de disfunción cognitiva conlleva diversos cambios de comportamiento como consecuencia del proceso degenerativo al que se ve sometido el sistema nervioso central del animal. Cambios como la disminución de la actividad, alteraciones de sueño, confusión, eliminación inadecuada, menor interacción con otros animales o con los propietarios evidencian el diagnóstico de síndrome de disfunción cognitiva, más cuando se dan conjuntamente. Por ello el diagnóstico diferencial debería centrarse principalmente en enfermedades orgánicas que puedan afectar al comportamiento o en estados demenciales secundarios y la depresión que guarda una correlación con la senilidad. Por último, la ansiedad por separación tiene una elevada incidencia en los síndromes de disfunción cognitiva. Las posibles causas que podrían explicar este fenómeno podrían ser: la pérdida de memoria en el establecimiento de las rutinas previas, un fallo en el paciente para el reconocimiento de sus alrededores en ausencia de los miembros familiares, desorientación espacial o pérdida de los comportamientos desinhibitorios (M. Ibáñez, 2006)

Tratamiento:

El tratamiento debe dirigirse a la minimización de los signos clínicos asociados con la demencia y frenar la progresión de la pérdida de cognición. Se trata de tratamientos paliativos que retrasan el avance de la enfermedad y, para ello, actuaremos a 3 niveles: sobre la conducta y el entorno, y a nivel neuroquímico mediante el uso de productos farmacológicos. La modificación de conducta consistirá en la reeducación y un reforzamiento de las conductas previamente aprendidas por el animal. Con ello aumentaremos la estimulación mental acompañada con mayor número de salidas con el fin de fomentar el ejercicio. Las modificaciones del entorno se realizará mediante un enriquecimiento ambiental por estimulación de las vías auditiva, táctil, oral y olfatoria, así como una mejora de las actividades cinéticas. Así, se le dará comida casera a base de pollo con arroz con aceite de oliva para estimular el apetito. Así mismo, se aumentará la interacción táctil y la atención verbal con voces suaves que contribuyan a su relajación. Para la ansiedad por separación que muestra el perro, el tratamiento ha de ser similar al protocolo de tratamiento utilizado en animales con el mismo problema. Así, ignorar conductas de ansiedad y premiar los de relajación, habituación a la ausencia del propietario, entrenamiento de independencia, rutinas diarias, más salidas al exterior nos ayudará a mejorar dichos estados de ansiedad.

Tratamiento farmacológico:

Después de un análisis de resultados de las pruebas de laboratorio por parte del veterinario, se decide medicar con selegilina en dosis de 0'5 mg/kg/día. Ésta se ha mostrado efectiva para mejorar la memoria a corto plazo, reducir los signos clínicos asociados a la disfunción cognitiva, y aumentar la longevidad en perros ancianos. Se le suministrará por la mañana dada la alteración de sueño que padece el animal.La selegilina va mejorar a animales que presentan el Síndrome de Disfunción Cognitiva canina, al mitigar la depleción de neurotransmisores (especialmente Dopamina, precursora de la Noradrenalina) e incrementando la actividad catecolaminérgica y enlenteciendo el progreso de las alteraciones neurodegenerativas.

Seguimiento:

Federico se pone en contacto a la semana de comenzar el tratamiento e informa que ha notado una muy leve mejoría aunque no satisfactoria. Se le explica que el proceso es lento dado el trastorno del animal, y que los efectos del medicamento administrado no han comenzado todavía a hacer efecto. Después de 5 semanas se vuelve a poner en contacto informa de una notable mejoría en el animal. Se le recomienda la necesidad de volver a hacer una analítica completa del animal para controlar los efectos fisiológicos del fármaco.

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